El aula multisensorial de nuestra escuela tiene infinitas posibilidades. En ella, los peques son protagonistas de diversas experiencias en un ambiente estimulante que potencia su curiosidad y su deseo natural de tocar, probar, ver y sentir.
Con las propuestas de aprendizaje y los ambientes que preparamos en ella pretendemos que todos los niños desarrollen al máximo las capacidades innatas que poseen. Ofrecer ambientes adecuados potencia que se produzcan multitud de conexiones neuronales que favorecen el desarrollo de dichas capacidades.
Hoy queremos contaros lo bien que lo pasamos cuando disfrutamos de sesiones sensoriales donde utilizamos la luz como herramienta pedagógica principal.
Disponer de un espacio preparado para poder ofrecer a los niños estos ambientes sensoriales donde la luz juega un papel fundamental pone a nuestro alcance un amplio abanico de posibilidades.
Miramos, buscamos, encontramos y disfrutamos de cada pequeño detalle, de cada reflejo, de cada proyección, de cada combinación de luz-sombra.
Nos maravillamos con la magia de la luz negra y disfrutamos de cada contraste.
Cada vez que preparamos una sesión con luz, y da igual qué tipo de luz utilicemos (negra, proyecciones, de colores…) se crea una atmósfera que resulta indescriptible con palabras, en la que disfrutan tanto los peques como los adultos que los acompañamos en su desarrollo, mientras se despierta su curiosidad, interés y motivación.